San Isidro Labrador

San Isidro Labrador

San Isidro Labrador (c.1082 – 1172) es el santo patrón de la ciudad de Madrid, donde residió y murió. Como su nombre indica, se dedicó a la agricultura, siendo uno de tantos jornaleros que trabajó campos arrendados al servicio de sus amos.

En tiempos de Isidro la villa de Madrid y sus alrededores pertenecían a la taifa de Toledo, uno de los reinos musulmanes independientes que resultó de la descomposición del califato de Córdoba. Es muy probable que perteneciera a la comunidad mozárabe, quienes conservaban su religión cristiana a pesar de vivir en territorios en los que predominaba el islam.  La taifa de Toledo regresó a manos cristianas poco después de su nacimiento, en el año 1085, tras el asedio a su capital por parte de Alfonso VI.

Se tiene constancia de la vida y los milagros del santo por el Códice de San Isidro, que data del siglo XIII. El texto recoge cinco milagros en total, en los que se detalla cómo multiplicaba comida, que repartía entre sus compañeros jornaleros y ofrecía a los más desafortunados, e incluso a aquellos animales que sufrían por la falta de alimento en invierno. Se dice también que hacía que sus bueyes arasen mientras él rezaba, sin perder ni un día de trabajo por su fe.

La tradición oral ha conservado también otros relatos de sus milagros. El más conocido es el de la fuente, que se produce una calurosa tarde de verano en la que, para calmar la sed de su amo, el santo clavó uno de sus útiles en el suelo y logró hacer brotar un manantial en el lugar donde se encontraban. Se dice que san Isidro era especialmente hábil para encontrar agua y pozos, por lo que es común pedirle que proporcione lluvia en primavera.

Existen testimonios de que ya se rendía culto al santo en Madrid poco después de su muerte, y los primeros registros de celebraciones en su honor datan del siglo XIV. En 1212 se comenzó a considerarle el patrón de la villa de Madrid, aunque no sería canonizado santo de la Iglesia católica hasta 1622.

 

 

San Isidro no solo es patrón de Madrid, sino que también lo es de otros municipios a lo largo de la geografía española, como Rosal de la Frontera, en Huelva, o La Orotava, en Tenerife. También se le venera en otros lugares del mundo, como en Honduras, Argentina y Filipinas.

 

 

Se suele representar al santo ataviado con ropas de campesino, llevando los útiles propios de esta profesión. En ocasiones sus imágenes hacen alusión a los milagros que se le atribuyen, apareciendo junto a sus bueyes, que aran conducidos por ángeles, o junto a manantiales y fuentes de agua.

Actualmente los restos de san Isidro descansan en la Colegiata de San Isidro, en Madrid, junto a los de su esposa, santa María de la Cabeza, a quien se conoce con este sobrenombre debido a que su cráneo se veneraba como reliquia en la ermita de Torrelaguna, lugar en el que se cree que nació.

 

Según la creencia popular, san Isidro y santa María tuvieron un hijo, Illán, quien, al contrario que sus padres, no es considerado santo por la Iglesia católica. Aun así, se le venera como tal en algunos lugares, especialmente en la localidad toledana de Cebolla. Se dice que se estableció en dicho territorio como ermitaño y obró milagros muy parecidos a los de su padre.

 

La figura de san Isidro está también estrechamente vinculada a la monarquía española, ya que todas las casas reinantes lo han venerado. El cuerpo incorrupto de san Isidro ha sido rezado y llevado en procesión numerosas veces para pedirle ayuda ante la enfermedad o inminente muerte de algunos de los miembros de la familia real, como en el caso de las reinas Mariana de Neoburgo y María Amalia de Sajonia.

 

La tradición mantiene que Felipe II se curó de una enfermedad tras beber de las aguas de un manantial, el cual se creía que podría ser el mismo que san Isidro hizo brotar para su amo. Para agradecer al santo su ayuda, su madre, Isabel de Portugal, erigió una ermita junto a aquella fuente, en el lugar que ahora se conoce como Pradera de San Isidro.

 

La fiesta del santo se celebra cada 15 de mayo con una peregrinación hasta su ermita. Allí se festeja con verbenas, fuegos artificiales y comida, siendo la costumbre comer rosquillas y tomar limonada. Es tradición beber de las aguas de la fuente del santo, bendecidas previamente en un acto religioso, vestirse con el traje de chulapa y chulapo, y bailar la danza típica de Madrid, el chotis.