Viajar por placer: breve historia del turismo.
La gente siempre ha tenido la necesidad de viajar, ya sea para explorar y descubrir nuevas tierras o para nuestro propio disfrute. El turismo abarca precisamente esto último.
Podemos remontar el origen del concepto moderno de turismo al siglo XVII, cuando los jóvenes nobles de los países de Europa occidental y septentrional realizaban lo que se denominaba el Grand Tour: un viaje por Europa (que solía abarcar Francia, Alemania, Italia y Grecia) con el objetivo principal de empaparse de historia, arte y patrimonio cultural. Se consideraba una forma perfecta de educarse.
En el siglo XVIII, esta costumbre estaba muy extendida entre las clases más pudientes y se extendió a otras partes del mundo, como América. Asimismo, las peregrinaciones religiosas que ya eran populares durante la Edad Media continuaron durante este periodo.
La Revolución Industrial, iniciada en la segunda mitad del siglo XVIII, produjo una gran transformación económica, social y tecnológica que se extendería al resto del mundo. Como consecuencia de estos cambios, se produjo un éxodo desde las regiones rurales hacia las crecientes grandes ciudades, que necesitaban mano de obra para la nueva industria.
Por lo tanto, aparecieron nuevas clases sociales. La evolución del transporte también fue clave. Las mejoras en el transporte de mercancías y pasajeros contribuyeron al nacimiento del ocio, de nuevas formas de entretenimiento y de viajes. La gente viajaba principalmente en tren, aprovechando que las redes ferroviarias conectaban los destinos de Europa y otras partes del mundo.
En el siglo XIX se crearon las primeras agencias de viajes. Una de las pioneras fue Thomas Cook & Son, que fue la primera en ofrecer excursiones y vacaciones para grupos, que incluían transporte, alojamiento y tickets de comida, abaratando así los costes. Este sería el origen de lo que hoy conocemos como viajes combinados.
En la primera mitad del siglo XX, la industria del turismo siguió creciendo gracias a la producción masiva de autobuses y coches. El turismo costero comenzó a ganar importancia y, tras la Segunda Guerra Mundial, la costa mediterránea creció rápidamente en popularidad. Asimismo, las mejoras en el transporte aéreo (vuelos chárter), así como los avances en la legislación laboral y el aumento del bienestar social, propiciaron el auge del turismo.
El sector turístico sufrió una recesión durante la década de los 70, principalmente debido a la crisis energética, lo que provocó un descenso de los costes y los precios. Fue entonces cuando surgió el turismo de masas. Viajar pasó de ser algo sólo para un grupo exclusivo a convertirse en una actividad de ocio al alcance de muchos.
En las décadas siguientes se produjo una progresiva internacionalización de las empresas hoteleras, las agencias de viajes y las compañías aéreas. También se ofrecieron nuevos productos y nuevas actividades de ocio, que giraban en torno al deporte y la salud, entre otros.
Hoy en día, el sector turístico se ha convertido en uno de los grandes motores económicos de muchos países, formando parte de la agenda política internacional. En los últimos años, con los vuelos de bajo coste y la existencia de alojamientos alternativos, gestionados por empresas online, es mucho más fácil para los turistas permitirse viajar y pueden diseñar su itinerario y experiencias a su gusto.
El turismo no sólo repercute en la economía local, sino que empieza a afectar a las estructuras sociales, la cultura y el estilo de vida de los destinos visitados. Por ello, el reto actual es aportar soluciones desarrollando una conciencia turística respetuosa con el medio ambiente y el modo de vida local de sus habitantes.
Disponible también en Europeana (versión en inglés).
Redactado por Carmen Périz Rodríguez.
Publicado el 16 de junio de 2020